archivo :: 2009
¡Y se deshizo la luz!
Escucho un crujido y, de repente, todo se detiene. Es el comienzo de un parpadeo pero no vuelvo a abrir los ojos en un largo rato, todo parece lóbrego y sin sentido. El mundo se detiene y se reduce tan solo a oscuridad. Siento que algo se ha apoderado de mí y me obliga a escudriñar todos los rincones en busca de una solución, algo que calme mi ansiedad y pueda arrojar algo de luz para despertar del pestañeo apagado. Me levanto de la silla y orquesto una vorágine de movimientos totalmente desacompasados, torpes e incluso vagos. Me siento perdido y llego a tropezar un par de veces. Rebusco en estanterías y cajones y hasta examino lugares que creía olvidados. Todo en un vano intento de recuperar las riendas de mi visión.