Solo soy una persona
Nada más y nada menos. Elemental. Energético. Atómico. Cuántico. Lleno de caminos que suponemos aleatorios. Dando vueltas una y otra vez. Discobolo va. Discobolo viene. Escondite interminable de un universo microscópico visto desde el telescopio.
En un laboratorio todo se ve diferente, desde el cuaderno hasta el negativo. Hay un halo de nostalgia al verlo vacío y cierta incredulidad o admiración al verlo en marcha. Hay una luz diferente, anaranjada y cálida. Uno se siente bien. Sin embargo, el éxito de cualquier experimento no depende jamás al 100% de nuestro control y eso asusta. Asusta porque no estamos acostumbrados a ver la vida como es si no como nos gustaría que fuera. Sin embargo, al hacerlo de la manera descrita me duelen los ojos. Siento agujas en el cuerpo y todo el laboratorio da vueltas. No me siento bien. Los cálculos fallan, el ordenador falla. O fallamos nosotros. El fin, el producto. La luz se torna ultravioleta. Las respuestas se ocultan a la visión normal y nos construimos fluorescentes.
Esto ya ha pasado y volverá a pasar. Círculo vicioso de mezclas explosivas. Aceleración estable y rumbo fijo.
Próxima parada, la luna. Porque quiero volar y puedo.