one blog to find them, one blog to rule them all

Amanece nublado, frío en el exterior, pero no me importa, me siento bien y lo veo todo con claridad, como jamás antes lo había hecho. Las flores rugen furiosas mientras son aplastadas sin compasión por el devastador viento, violentos rayos azotan las montañas y el sonido ensordecedor de los truenos, que algunas veces me provocó miedo, es el mismo que ahora me inspira bienestar. Una poderosa lluvia golpea frenéticamente el techo metálico y tengo ganas de bailar como un poseso bajo la misma, gotas y gotas cayendo sin compasión sobre mi cuerpo que me propugnan una auténtica sensación de libertad. Dirigiéndonos sin un destino fijo sobre un asfalto empapado, y tan solo pudiendo observar unas luces difusas y gente sin rumbo tras unos cristales empañados, me doy cuenta de que todo está más claro que nunca; ¿distorsión de la realidad?, no, creo que no, tan solo es mi mente que se intenta clarificar, pensamientos que se muestran con auténtica lucidez aunque lo que transmite mi retina son vanas piezas de un puzzle sin terminar. La raya blanca de la calzada aparece y desaparece, unas veces se muestra impasible durante mucho rato y luego se hace intermitente, como la vida misma, sientes que la pierdes, la recuperas, la pierdes y la recuperas durante un largo espacio de tiempo. Ahora mi raya blanca es totalmente continua y no consigo distinguir cuando se hace discontinua, espero que no pueda adelantar durante mucho tiempo.

Siento que consigo algo, que he alcanzado un punto en mi destino, estoy aquí, sentado, calmado y aún observo la continuidad de la línea blanca; me palpo mis manos y mi cara, parecen reales, sí, lo son, no estaba soñando, me alegro de poder vivir lo que estoy viviendo, alegre de mis actos y felicidad por como acontecen, ¿qué me depara el futuro?, no lo sé, tan sólo sé que continuaré dirigiéndome sin un rumbo fijo pero siempre siguiendo esa línea blanca que espero que nunca se haga intermitente.