Respuestas inconscientes
¿Por qué cuando el alma está tan cerca del cuerpo es cuando más se sienten las emociones? ¿Por qué cuando el cuerpo está tan cerca del cerebro es cuando mas se perciben los sentimientos? No hay razón, quizá tampoco lógica pero es un tipo de ecuación química que da como resultado algo demasiado sorprendente como para poder ser estudiado, algo que ni tan siquiera se ha llegado a definir, ya que como cualquier cosa, antes necesita ser comprendida, y esto, esto es algo que a veces hasta cuesta percibirlo con lo que el reto se vuelve mucho más agotador, y sobre todo terriblemente difícil.
Puede que esto no sean más que lineas sin sentido pero no es cierto, encierran a algo o alguien, bajo una manta de un tejido extraño, con una cerradura para los que muy pocos tienen la llave, quizá es un secreto que merezca ser enterrado, o solo descubierto por quien de verdad debería hacerlo. No hay nada más gratificante que conseguir aquello que anhelas, aquello que has esperado durante largo tiempo y que por una razón u otra siempre ha escapado delante de tus putas narices. Quizá vuelva a no haber razón ni lógica, pero el hecho es tan claro y evidente que negarlo sería de necios, más aún, de soberbios.
En el fondo de la cuestión, sin embargo, siempre se encuentra la respuesta idónea, sin saber por qué está ahí, trazada a lo largo de vastos caminos naturales y neuronales que fijan y definen el motivo y la existencia de cualquier cosa que pensemos, sintamos, escuchemos, digamos o hagamos. Y esto es algo tan innegable como que la tierra gira alrededor del sol, nadie se atreve ya a decir lo contrario no porque ya se haya demostrado y sea posible, si no porque ya no escapa de nuestras fronteras que nos han venido dadas predefinidas. El problema llega cuando dichas fronteras que creíamos trazadas, bien delimitadas y perfectamente alineadas se vuelven inestables con nuestras propias ecuaciones, las variables y las constantes se erigen como pedestales dispuestos a hacer caer el castillo de naipes que tienes en frente de ti. Todo se deshace como mantequilla fundida y lo peor viene cuando debes aceptarlo y seguir adelante, intentando definir bien esa ecuación para que el resultado sea coherente y libre de indefiniciones o números imaginarios.
Alguien que vi una vez escribió que abandonamos nuestros sueños por miedo a poder fracasar o peor aún, por miedo a poder triunfar.